Buenos Aires.- A pesar de que hay consenso sobre la necesidad del bloque común, se percibe que la incidencia en la región es débil. Un estudio de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) en marcha ya encontró debilidades en legislaciones “compartidas” e inadecuada participación de las regiones que integran el MERCOSUR. Un trabajo de investigación de la UNNE, que exploró políticas y legislaciones actuales y constitutivas del MERCOSUR, presume que resultaría altamente beneficioso para el este mercado común, que se avance sobre la factibilidad de dar mayor participación institucional a las regiones, de manera de cohesionar económica, social, cultural y políticamente el espacio integrado, de forma similar a lo que ocurre en la Unión Europea. La investigación, que lleva a cabo Jorge Mariño Fages, a cargo de la cátedra Derecho Internacional Público de la Facultad de Derecho, tiene como objetivo investigar hasta que punto, el proceso de integración del MERCOSUR y el funcionamiento del sistema institucional actual del mismo, han permitido una mayor inserción y desarrollo de la región nordeste de la Argentina. “En otras palabras, el trabajo pretende determinar si el MERCOSUR ha sido beneficioso para la región nordeste, y si esto no fue así, reflexionar acerca de los motivos condicionantes para que ello no ocurra y cuáles serían las posibilidades para revertir la situación”, explicó el investigador. Y aclaró que el estudio se encuentra en etapa de desarrollo, por lo que las apreciaciones aún no deben ser tomadas como definitivas. Las conclusiones parciales demuestran una débil penetración del mercado sudamericano en las políticas de las provincias del nordeste, pues todavía no se comprueba una coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los estados partes, ni armonización de las respectivas legislaciones. Tampoco se aprecia un proceso de integración profunda, para lo cual, con el tiempo, deberían diseñarse órganos con sólidas facultades de decisión, al estilo de la Unión Europea.
Comités regionales
Respecto de la organización institucional del MERCOSUR en 1991, Mariño Fages recordó que fue muy simple, hasta podría decirse rudimentaria, porque se conformaron sólo tres órganos: el Consejo Mercado Común, el Grupo Mercado Común y la Comisión Parlamentaria. Posteriormente, con el Protocolo de Ouro Preto en 1994, se reorganizó institucionalmente el MERCOSUR, que a partir de ese tratado, cuenta con seis órganos. Asimismo, Mariño Fages agregó que el hecho de aspirar a convertirse efectivamente en un “mercado común”, implica la necesidad de compartir la idea de la “solidaridad”; y para ello, debería también asegurarse la cohesión y armonía de las regiones, factor central en la integración general del bloque. La arquitectura organizativa del Mercosur no reparó en la realidad regional de los países partes. Si bien en el año 1995, se dio un reconocimiento formal a la zona fronteriza de la Argentina y el Brasil a través de la creación de la región Crecenea-Codesul, que reúne a las provincias argentinas del NEA y a cuatro estados brasileños, esa reunión binacional no ha tenido vinculación institucional con los órganos del MERCOSUR. En tanto, recién en diciembre de 2004, en Belo Horizonte, Brasil, se constituyó el Foro consultivo de municipios, estados federados, provincias y departamentos del MERCOSUR, órgano con potestad de proponer medidas destinadas a la coordinación de políticas para promover el bienestar y la mejora de la calidad de vida de los habitantes de determinadas regiones, y formular recomendaciones a través del Grupo Mercado Común. “La creación de ese órgano sugiere en forma embrionaria, la posibilidad de inserción de las regiones en el interior del MERCOSUR”, opinó Mariño Fages. No obstante, reiteró que todavía no se dispone de los mecanismos operativos y de los recursos que pongan en marcha esos cuerpos regionales. El investigador explicó que el proceso de integración no puede darse dejando a regiones como “convidados de piedras”, pues eso puede conducir a que se desvanezca la voluntad integracionista. Además, dado que las provincias y las regiones no podrán sustraerse al cumplimiento de las imposiciones de los organismos del MERCOSUR, es legítimo que se les permita la intervención activa en la toma de decisiones sobre cuestiones, en la que se verán necesariamente afectadas. Al respecto, Mariño Fages comentó que en el derecho comparado europeo, se decidió instituir Comités de las Regiones, a los cuales las autoridades de la Unión Europea están normativamente obligados a consultar en temas que los afecte. En el orden interno argentino, las provincias que componen el NEA han suscripto un tratado interprovincial por el que crea la región Crecenea-Litoral, dentro de la región Crecenea- Codesul, pero sólo la provincia de Corrientes lo tiene aprobado por ley Nº 5547/04.
Faltan datos oficiales
En el marco de la investigación, se realizaron entrevistas y encuestas a sectores del quehacer político-social de Corrientes. Ya se ha concretado el relevamiento a magistrados y funcionarios del Poder Judicial y se continua con los representantes de los poderes Legislativo y Ejecutivo, además de instituciones civiles, empresariales y organizaciones sindicales. De las respuestas formales de funcionarios judiciales y de los sondeos informales a referentes de la sociedad correntina, surge que estimativamente el 90% desconoce la organización y funcionamiento de los órganos del MERCOSUR. Asimismo, se tiene la sensación de que no se han operado cambios significativos en el desenvolvimiento económico y social de la vida cotidiana. No obstante, el 100 por ciento de los encuestados estima que la Argentina debe mantenerse en el emprendimiento. Por otra parte, la falta de datos oficiales tanto en Corrientes, como en las demás provincias de la región, dificulta realizar una evaluación comparativa de las “performances” de la Nación y de la región NEA en el MERCOSUR. La participación institucional de las regiones en el MERCOSUR, podría mejorar el desarrollo de las mismas, sobre todo, el de aquellas regiones que se hallan más rezagadas, como las del NEA. Según Mariño Fages, sería conveniente que las provincias del NEA establecieran pautas similares para registrar los índices económicos y comerciales, para extraer las variaciones y elaborar políticas tendientes a un mejor desempeño en el comercio intrabloque. El investigador concluyó que si el proceso asociativo sigue profundizándose, la composición actual de los órganos del MERCOSUR indefectiblemente merecerán una revisión, por lo que debería continuarse el análisis de los posibles diseños institucionales, que contemplen lo relativo a la cuestión de las regiones y la mejor inserción de la sociedad civil organizada, haciendo hincapié en los foros consultivos económico-sociales de los municipios. Todavía falta avanzar en la investigación sobre las implicancias políticas-constitucionales de las provincias y las regiones, en torno a las facultades delegadas y no delegadas a la Nación, relacionadas con los procesos de integración.
Por José GorettaAgencia CyTA, Instituto Leloir – UNNE
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