Córdoba.- El consumo se desaceleró bruscamente en el segundo trimestre del año. Los argentinos afectados por el avance de la inflación y la incertidumbre que provocó el conflicto agropecuario, controlan más sus gastos, lo que deriva en un enfriamiento de la economía. Mientras que en los primeros tres meses del año el consumo privado subió 8,2 por ciento frente al mismo período de 2007, entre abril y junio la tasa fue de 5,8 por ciento lo que marca una caída de 41%.
Los datos, elaborados por el Centro de Economía Regional y Experimental (CERX), están explicados no sólo por la incertidumbre sobre el panorama económico. Según los analistas de la entidad, hay problemas de ingresos reales que están obligando a realizar un ajuste en los presupuestos familiares.
Si bien aceptan que el conflicto agropecuario disparó la incertidumbre económica y redujo la confianza de los consumidores, postergando decisiones de consumo, también plantean que la inflación que viene registrándose desde mediados de 2007 impactó en los ingresos reales y obligó a recortar gastos.
En coincidencia con ese diagnóstico el economista del Instituto de Estudios sobre la Realdad Argentina y Latinoamericana (IERAL), Gustavo Reyes, indica que los salarios reales vienen cayendo desde fines del año pasado y agrega: “La inflación reduce el tipo de cambio real y aumenta las expectativas de una devaluación. Esa mayor incertidumbre lleva a una paralización de las inversiones, una baja del gasto doméstico y un aceleramiento del enfriamiento económico”.
Desde el CERX suman un ingrediente más que empuja a bajar los gastos y es que, en un contexto como el actual de fuerte endeudamiento y aumento de tasas, se incrementan las dificultades para repagar deudas en las familias. “Como consecuencia, subió la morosidad y se redujo la disponibilidad de crédito en muchos hogares, afectando los niveles de consumo”, sostiene el informe.
Perspectivas
Los salarios reales cayeron 4,9 por ciento en los primeros cuatro meses del año frente al mismo lapso de 2007 y explican buena parte del enfriamiento de la demanda. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), entre enero y abril los salarios nominales subieron 4,5 por ciento, pero ese aumento no alcanzó para cubrir los mayores precios de los bienes y servicios.
De acuerdo al CERX la inflación minorista en ese tiempo fue 9,8 por ciento, lo que dejó una reducción de 4,9 por ciento en los ingresos reales. Es decir, el poder adquisitivo de los salarios en abril ya era 4,9 por ciento inferior al que tenían en diciembre. Así las familias vuelven a mostrar restricciones económicas, que se traducen en una suba de la pobreza.
Los analistas del CERX advierten que para revertir esta situación ya no alcanza con mejorar el clima económico-político y restaurar la confianza. “Se requieren políticas que permitan retomar el proceso de recomposición de ingresos. El modelo actual, así como sigue, sólo ahonda la pobreza”.
Los datos están marcando que la recomposición de ingresos iniciada en mayo de 2003 se frenó. Este año sufrieron, además de la inflación, el incremento de 7 a 11 por ciento en los aportes a las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) en enero.
Por otro lado, también se ha desacelerado la incorporación de desempleados al mercado laboral, que viene decayendo desde mediados de 2007 hasta llegar a la destrucción de puestos de trabajo en el primer trimestre 2008.
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