Buenos Aires.- El INTI junto con la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA obtuvieron una nueva forma de descontaminación de efluentes líquidos industriales y agrícolas a través de la biodegradación. Como resultado de este trabajo se comprobó que las bacterias y comunidades bacterianas autóctonas seleccionadas fueron capaces de degradar y detoxificar efluentes conteniendo los compuestos orgánicos persistentes. Este estudio permite planificar estrategias de biorremediación de efluentes líquidos industriales o agrícolas y de ecosistemas acuáticos contaminados. Cabe destacar que el empleo de bioensayos de toxicidad es un complemento importante en el seguimiento y evaluación de procesos remediativos. Los compuestos orgánicos persistentes pueden llegar al medio ambiente a través del vertido de efluentes líquidos industriales, urbanos y agrícolas sin tratar o escasamente tratados. La persistencia de los compuestos orgánicos en el ambiente está relacionada con la mayor o menor facilidad que presentan para ser degradados química o biológicamente. Los clorofenoles y nitrofenoles constituyen ejemplos de este tipo de compuestos cuya concentración en el ambiente debe minimizarse a fin de evitar daños sobre la salud humana y los ecosistemas. Los clorofenoles pueden hallarse en efluentes provenientes de la industria papelera, textil, química y curtiembre, y pueden formarse, además, en los procesos de desinfección de agua en la etapa de cloración.Por su parte los nitrofenoles son empleados como intermediarios en la síntesis de colorantes, fármacos, pesticidas y explosivos. Al igual que los clorofenoles son compuestos caracterizados por una alta persistencia en el medio ambiente y por su toxicidad.La biodegradación es una alternativa válida para la remoción de compuestos persistentes. El grado de biodegradación de un compuesto puede ir desde una simple modificación de su estructura química hasta la completa oxidación. Los procesos biodegradativos se consideran exitosos si y solo si se determina que los metabolitos generados no son tóxicos. El grado de toxicidad de un compuesto dado puede ser evaluado mediante el empleo de ensayos de toxicidad que utilizan organismos vivos bajo condiciones experimentales específicas y controladas para determinar los efectos adversos de agentes químicos sobre organismos vivos.Un grupo de trabajo de la Cátedra de Higiene y Sanidad de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ha seleccionado y optimizado comunidades bacterianas y bacterias autóctonas pertenecientes a los géneros Rhodococcus, Pseudomonas, Achromobacter y Delftia capaces de degradar altas concentraciones de 4-nitrofenol, 2-nitrofenol, 2,4-dinitrofenol, cresoles, 2-clorofenol, 2,4-diclorofenol y 2,4,6-triclorofenol en tiempos compatibles con los tratamientos biológicos de efluentes. Las investigaciones se realizaron en el marco de Proyectos de investigación subsidiados por la UBA.Además con el objeto de evaluar la capacidad de las bacterias autóctonas seleccionadas para detoxificar efluentes y sitios contaminados con nitrofenoles y clorofenoles se realizaron estudios de toxicidad en forma conjunta entre el Laboratorio de Microbiología del INTI-Química y la Cátedra de Higiene y Sanidad de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA. Se efectuaron ensayos en condiciones aerobias y anóxicas a escala laboratorio y piloto con efluentes líquidos sintéticos e industriales. Se emplearon reactores de película biológica de lecho fijo y lecho fluidizado.
Este trabajo comprobó que las bacterias y comunidades bacterianas autóctonas seleccionadas fueron capaces de degradar y detoxificar efluentes conteniendo los compuestos orgánicos persistentes, lo cual permite planificar estrategias de biorremediación de efluentes líquidos industriales o agrícolas y de ecosistemas acuáticos contaminados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario