El País.-La primera baja del gabinete de Cristina Kirchner tras el fracaso en el Congreso del proyecto oficial de retenciones móviles se encamina a producirse en las próximas horas.
Sugestivamente, el domingo por la noche fue convocado a la quinta presidencial de Olivos el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Carlos Cheppi, hombre que reemplazaría a Javier De Urquiza en la secretaría de Agricultura, según confiaron a LA NACION cuatro fuentes oficiales.
Un dato llamativo: el propio Urquiza presentó su renuncia al cargo el jueves pasado, después de la dramática votación en el Senado en el que el Gobierno vio enterrado su proyecto de retenciones móviles. Lo mismo hicieron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido.
Pero estos dos funcionarios recibieron de Cristina Kirchner la ratificación de que permanecerán en sus cargos. Ninguna señal en ese sentido le llegó a Urquiza, que anoche dijo a LA NACION que todavía nadie del Gobierno se había comunicado con él para anunciarle algún cambio.
Cheppi fue uno de los tantos que pasó ayer por Olivos, donde el matrimonio Kirchner se sumió en un verdadero retiro espiritual para analizar los pasos a seguir tras la ruidosa derrota legislativa en el Senado.
Después de haber dado marcha atrás con la polémica resolución 125, el viernes pasado, llegó para el poder la hora de los primeros relevos. Sólo para descomprimir la situación se hará el cambio en Agricultura, sin reproches hacia Urquiza, hombre a quien el matrimonio le reconoce su trabajo, pero lo encuentra el fusible perfecto para comenzar a hacer los primeros cambios de colaboradores.
Otro dato que no pasó inadvertido entre el kirchnerismo es el pasado radical del actual secretario de Agricultura, en sintonía con el malestar creciente que hay con el vicepresidente Julio Cobos, después de su voto negativo del jueves.
Por el momento, todas las fuentes consultadas por LA NACION consideraban prematuro hablar de otros movimientos en las cúpulas ministeriales. "Las primeras modificaciones serán en las segundas líneas", dijo un vocero oficial, en referencia a los secretarios de Estado. Aunque reconoce que no serán inminentes, la mayoría de los consultados consideró necesario un cambio de gabinete, pero el desconcierto es total.
Según confiaron voceros oficiales, no está en los planes de la Presidenta desprenderse del polémico y resistido secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ni tampoco de su par de Transporte, Ricardo Jaime. En la Casa Rosada creen que una actitud de estas características les daría la razón a los sectores más duros de la oposición, que reclaman una depuración profunda en el gabinete.
Anoche, desde la 20, un grupo de ministros se reunió con Néstor y Cristina Kirchner en Olivos, entre ellos, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el de Medios, Enrique Albistur.
Minutos antes, la Presidenta había sondeado a Cheppi para la Secretaría de Agricultura. De todas maneras, hasta anoche, Urquiza desconocía el cambio. Pero varios funcionarios confiaron a LA NACION que estaba tomada la decisión de reemplazarlo y que el elegido era Cheppi.
Con él, De Vido habrá ganado un poco más de espacio en la siempre presente interna del poder. Cheppi es "ultradevidista", según referían anoche hombres del Gobierno. De hecho, el ministro fue uno de los pocos funcionarios que estuvo cuando él asumió su cargo en el INTA.
Interlocutor válido Según describieron en el Gobierno, Cheppi tiene "muy buena relación" con Cristina Kirchner. "La primera necesidad es poner un interlocutor válido para la gente del campo", admitió una fuente que conoce los cambios.
De hecho, ya en medio de la crisis, el presidente del INTA acercó ideas a la jefa del Estado para salir del conflicto. Fue, en estos agónicos meses, fuente de consulta.
Otro de los cambios que vendrían de la mano del relevo en la Secretaría de Agricultura es completar finalmente el organigrama de esa dependencia, todavía con vacantes. Quieren fortalecer el área con "mucho poder de gestión", según confió un funcionario, y que pueda canalizar por sí sola las discusiones con los ruralistas para evitar exponer a los ministros, como Alberto y Carlos Fernández.
Sobre la suerte del gabinete aún nadie se anima a arriesgar demasiado. Pero de los ministros para abajo, nace en estas horas una suerte de incertidumbre generalizada sobre el rumbo que tomará el Gobierno. "Si se vienen cambios profundos de políticas, entonces habrá cambios de ministros", reconoció un funcionario.
Pero todos los consultados admitieron que cualquier pase debería darse más adelante, quizás en unos dos meses, para no pegar los cambios con la salida del conflicto.
El domingo por la noche, el desfile de funcionarios por la quinta de Olivos duró hasta la madrugada
Fuente: La Nación .
lunes, 21 de julio de 2008
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