Buenos Aires.- Investigadores de Estados Unidos presentaron un estudio en el que aseguran que el uso de estiércol de animales para la producción de biogás abastecería de energía a millones de usuarios y permitiría la reducción de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero. De acuerdo con un reporte publicado en el “Environmental Research Letters” del Instituto de Física de los Estados Unidos del 24 de julio, la conversión de estiércol de ganado en una fuente de energía renovable podría generar suficiente electricidad para abastecer hasta un tres por ciento de la demanda total norteamericana y reducir significativamente los gases de efecto invernadero. Los autores del trabajo son Michael E. Webber, director asociado del Centro Internacional de Política Energética y Ambiental en la Universidad de Texas, Austin (Estados Unidos), y Amanda D. Cuellar, del Departamento de Ingeniería Química de la misma universidad. El estudio arroja importantes resultados para todos los países con producción vacuna, dado que es el primer intento de establecer un procedimiento para cuantificar la energía renovable que generan las manadas de ganado vacuno y otros animales de granja. Los excrementos del ganado vacuno que se descomponen naturalmente emiten dos poderosos gases que causan efecto invernadero: metano y óxido de nitrógeno. De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, el metano y el dióxido de nitrógeno calientan la atmósfera unas 20 y 300 veces más que el dióxido de carbono, respectivamente. El reporte establece dos escenarios posibles y los analiza para comparar los ahorros energéticos y los beneficios en la reducción de gases de efecto invernadero. El primer escenario es el tradicional: los gases de efecto invernadero emitidos por la quema de fuentes fósiles (en el estudio se hace un análisis comparativo con centrales alimentadas por carbón) para producir electricidad y el estiércol dejado al aire libre en descomposición natural. El segundo examen incluye el tratamiento del estiércol en “digestores” anaeróbicos (que trabajan en ausencia de oxígeno) que convierten el residuo en biogás, que se quema para producir electricidad y emite únicamente dióxido de carbono.
Del desecho al biogás
El biogás es un gas combustible –constituido principalmente por metano y dióxido de carbono- que se genera en medios naturales o en dispositivos específicos, por las reacciones de biodegradación de la materia orgánica, mediante la acción de microorganismos que no necesitan aire. La producción de biogás –biomasa o materia orgánica originada en el proceso biológico- por descomposición anaeróbica, es una forma útil para tratar residuos biodegradables. Ese gas puede emplearse como combustible en las cocinas, en hornos, estufas, secadores, calderas, u otros sistemas de combustión a gas debidamente adaptados para tal efecto, o bien para generar energía eléctrica mediante turbinas o plantas generadoras a gas. Su combustión ocasiona la emisión de dióxido de carbono pero en menores cantidades que, por ejemplo, en las plantas de energía alimentadas por carbón como las que analiza el estudio. También puede servir como abono para fertilizar el suelo. Las familias dedicadas a la agricultura generalmente son propietarias de pequeñas cantidades de ganado y pueden, por lo tanto, aprovechar el estiércol para producir su propio combustible y un fertilizante natural mejorado. Cientos de millones de cabezas de ganado en los Estados Unidos podrían producir aproximadamente unos 100 mil millones de kilowatt hora de electricidad, suficientes para alimentar millones de hogares e instalaciones comerciales. Dado que el estiércol que se descompone naturalmente tiene un efecto dañino sobre el ambiente, los investigadores estiman que ese sistema de gestión de residuos tiene una reducción potencial de emisiones de gases de efecto invernadero de unos 40 hasta 160 millones de toneladas, lo que contribuiría a eliminar hasta un cuatro por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero originados por la producción de electricidad en los Estados Unidos. Según los autores del trabajo, a la luz de las críticas que ha origina la producción de biocombustibles, la generación de biogás proveniente de estiércol es menos rechazado por ser la reutilización de un desecho existente y una indudable mejora sobre el ambiente. Sin embargo, aseguran los investigadores, la conveniencia de la producción generalizada de biogás, el transporte de la materia prima y los digestores, debe determinarse a nivel local para obtener el sistema de energía más económico, eficiente y ventajoso para el ambiente. Si bien el estudio demuestra que la conversión de estiércol en biogás podría lograr reducciones importantes en las emisiones de gases de efecto invernadero en una localidad, para utilizarlo en forma masiva, es necesario que futuras investigaciones consideren los obstáculos económicos y políticos que se presentan.
Por Alejandro ManriqueAgencia CyTA-Instituto Leloir
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