Los pobres pagan por un mes de gas igual que los ricos en un año

El País.- Lo que un argentino de ingresos altos paga de gas en un año es lo mismo que un pobre gasta en un mes. El gas en garrafa que usan 10 millones de argentinos pobres, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), es mil por ciento más caro que el gas natural. El único intento que hizo el gobierno nacional para salvar la diferencia es crear la garrafa social, que se vende a 22 pesos en 600 puntos de todo el país. Aún a ese precio, es 600 por ciento más costosa que tener servicio de red.
Según datos del defensor del Pueblo de la Nación, con el actual ritmo de tres por ciento anual de incorporación de usuarios de garrafas a la red de gas, harán falta unos 30 años para sumar 4,5 millones de hogares. Eduardo Mondino plantea: “Faltan inversiones en las redes de transporte y distribución de gas natural”, lo que disminuye drásticamente las posibilidades de acceso de la población al servicio.
El consumo de gas natural fue declarado “básico esencial” por una ley del Congreso por lo que sus tarifas llevan seis años congeladas y subsidiadas mientras que las garrafas, consideradas por la misma norma “de interés público”, ajustan sus precios periódicamente. Este año acumulan un alza promedio de 40 por ciento.
Los subsidios nacionales -que alcanzarán los 35 mil millones de pesos este año- van a servicios que, en general, no son empleados por los sectores más carecientes: tarifas eléctricas, combustible para aviones, gasoil, sistema de trenes de Capital Federal y Gran Buenos Aires y conglomerados empresarios que no reflejan en rebajas de precios en góndola las partidas que reciben.
Los expertos calculan que, en invierno, una familia utiliza por mes unas 200 mil calorías (cocina, calefón y calefacción), lo que equivale a ocho garrafas, unos 320 pesos. Un hogar con servicio de red abona por el equivalente entre 20 y 25 pesos.
Un vecino del sur cordobés, donde no hay redes, debe pagar entre 170 y 180 pesos por un tubo de 45 kilos, que dura un mes y medio si sólo se usa para el termo tanque y la cocina. Si se emplea ese gas para calefaccionar, se acaba en una semana. Por eso la alternativa es la electricidad, todavía más barata que la leña (unos 450 pesos la tonelada).
Retoque
En estos días el gobierno nacional anunciará un aumento del gas que llegará a los usuarios residenciales de mayor consumo y a los comercios minoristas. Seguirá un criterio similar al incremento de la luz: entre 10 y 30 por ciento, pasando por distintas escalas crecientes según el consumo bimestral.
Se descuenta que la medida abarcará a quienes consuman más de 500 metros cúbicos durante el bimestre junio/julio, el de mayor gasto. Desde 2002, la única empresa que recibió autorización para una suba fue Gas Natural Ban porque desistió del reclamo ante el Ciadi. Metro Gas y Ecogas mantienen los valores de la Convertibilidad.
Según estudios de las distribuidoras de gas natural, un metro cúbico a nivel residencial cuesta en la Argentina entre 25 y 30 centavos. La misma potencia calórica, con electricidad, requiere de 1,15 pesos y casi dos pesos en gas de garrafa.
Luz, parecido
Aún con el ajuste de tarifas de luz para Capital Federal, el conurbano y La Plata que se puso en marcha a fines de julio, la factura promedio es 83 por ciento más barata que en el interior y sigue siendo la más baja del país.
La brecha se achicará algo cuando la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) instrumente, desde octubre, un aumento promedio de 16 por ciento de la tarifa para clientes residenciales y comerciales. Esa suba, agregada a la de fines de mayo, determinará que el año cierre en la provincia con un incremento por encima de 40 por ciento para algunas categorías.
La explicación para el nuevo aumento es la necesidad de fondearse para financiar inversiones por unos 400 millones de pesos y poder cumplir con el plan diseñado hasta 2012, a lo que se agrega el movimiento hacia arriba de los costos, que -aseguran en la EPEC-les cambió la ecuación.
Fuente: La Mañana