Buenos Aires.- Avances sobre mejoramiento genético, sobre tolerancias a estrés hídrico, resistencias a vuelco y quebrado, practicidad en la generación de girasoles Cl, nuevos usos para proteínas y lecitinas de semillas de girasol, adelantos en la obtención de nuevas resistencias a enfermedades, más información sobre la producción en la región semiárida pampeana central y nuevos conocimientos sobre los factores que determinan la maximización del rendimiento y la calidad industrial del girasol, son algunos de los temas que impactarán en el girasol en los próximos años. Fueron presentadas este martes en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires las conclusiones de los 9 Proyectos de Innovación Científica y Tecnológica en Girasol financiados conjuntamente por la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) y la Agencia Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (ANPCyT), por un monto de 1.500.000 pesos.Estos 9 proyectos, seleccionados entre otros 21 presentados para su financiamiento en el año 2003, representan los últimos avances en ciencia y tecnología aplicados al cultivo de girasol y marcan el rumbo para el desarrollo de nuevas innovaciones aplicables al cultivo.“El Programa PICTO (Proyecto de Innovación Científica y Tecnológica Orientado) es un emprendimiento conjunto de la ANPCyT y ASAGIR, que tras un cuidadoso análisis de la situación del girasol realizado entre los años 2000 y 2003, trabajaron en priorizar la innovación tecnológica para la producción primaria de girasol como recurso para incrementar su competitividad en la argentina”, explicó Pablo Bergadá, vicepresidente 1° de ASAGIR.Durante la reunión de presentación de resultados, el Director del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT) de la ANPCyT, Dr. Armando Beltranou, hizo hincapié en la exitosa experiencia de trabajo conjunto desarrollada con ASAGIR y destacó la importancia del conocimiento como herramienta para el desarrollo, además del intercambio con las empresas y los actores involucrados, como forma de darle un contexto a ese conocimiento, en la búsqueda de solucionar los problemas que plantea la producción.
Las investigaciones
Las conclusiones de los 9 proyectos fueron presentados por Raúl Rodríguez del INTA, Luis Aguirrezábal de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Antonio Hall de la FAUBA, Graciela Nestares de la Universidad Nacional de Rosario, Silvana Petruccelli del CONICET, Marisa López Bilbao, Jesús Pérez Fernández y Alberto Escande del INTA, y Lilia Lindström de la Universidad Nacional del Sur. En todos los casos, los proyectos no sólo realizan contribuciones a distintos eslabones de la cadena de girasol sino que colaboran en la formación de recursos humanos especializados en el cultivo, que garantizan la continuidad en el avance de la ciencia vinculada al girasol en la Argentina.La investigación liderada por Raúl Rodríguez sobre “conservación y evaluación de especies silvestres de girasol de importancia para el mejoramiento genético”, atiende una de las necesidades básicas para el trabajo de los mejoradores como es la disponibilidad de un banco activo de especies silvestres naturalizadas. La de Luis Aguirrezábal, “Análisis genético de la respuesta del crecimiento foliar del girasol al déficit hídrico: hacia un aumento de la estabilidad y el potencial de rendimiento de la producción en secano”, ofrece avances en la identificación de caracteres que permitirían conferir mayor tolerancia en diferentes escenarios de déficit hídrico moderados.Antonio Hall, con su proyecto “Ecofisiología de la tolerancia a la densidad poblacional y la resistencia al vuelco / quebrado en girasol”, logró indicadores de tolerancia a la alta densidad poblacional que permitirán, por ejemplo, seleccionar híbridos apropiados para los sistema de intersiembra girasol/soja.Graciela Nestares presentó las conclusiones del trabajo sobre “Selección de genotipos de girasol resistentes a imidazolinonas por metodologías no convencionales”. Sus avances introducen un ahorro de tiempo y recursos en los programas de mejoramiento orientados a la obtención de materiales resistentes.Silvana Petruccelli se refirió a las “aplicaciones de proteínas y lecitinas de semillas de girasol en el desarrollo de nuevas tecnologías”. Los resultados hablan de las posibilidades de reutilizar los subproductos que las aceiteras descartan y generar un nuevo producto con más valor.Marisa López Bilbao presentó su trabajo sobre “obtención de plantas de girasol transgénicas que expresen múltiples genes antifúngicos”. El objetivo fue obtener plantas transgénicas que expresen múltiples genes con resistencias a hongos (podredumbre del capítulo por esclerotinia). El fin es desarrollar herramientas moleculares. Jesús Pérez Fernández hizo su aporte al desarrollo del girasol mediante su proyecto “producción sustentable de girasol en la región semiárida pampeana central”. El técnico de INTA trabajó sobre la identificación y valoración de los principales factores limitantes del rendimiento y la influencia de distintos manejos sobre la sustentabilidad de cada sistema.Alberto Escande, responsable del proyecto “Identificación de diferentes fuentes de resistencia genética a la podredumbre del capitulo de girasol (Sclerotinia sclerotiorum) mediante herramientas genómicas”, aseguró que su trabajo posibilita la integración de las regiones del genoma asociadas a la resistencia y la utilización del potencial genético existente en el germoplasma de girasol disponible.Lilia Lindström, del equipo a cargo de desarrollar los “factores determinantes de la maximización del rendimiento y la calidad industrial del girasol”, presentó los resultados sobre el desarrollo de la cutícula y ceras epicuticulares del pericarpio del fruto de plantas crecidas en condiciones naturales.
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