Buenos Aires.- Se conoce como “libros álbum” a un tipo de publicación en la que las ilustraciones no son sólo un apoyo para entender mejor la lectura, sino que sin ellas la historia no podría contarse. Es decir, la interacción entre las palabras, las imágenes y cada uno de los elementos ayuda a construir una historia.Un libro-álbum se lee y se ve, o si se quiere, se lee de otra manera. Las imágenes y los textos, como un todo invitan a volver la página una y otra vez, no perder ningún detalle, entrar en el juego que proponen y, a menudo, imaginar lo que no está dicho.
¿Cómo evaluar su calidad?
Éstos son algunos criterios que les pueden ayudar a seleccionarlos:Las imágenes deben ser claras y legibles para reconocer con claridad los rasgos de los objetos, especialmente en los libros destinados a los más pequeños. A medida que los niños crecen, se les pueden ofrecer ilustraciones más complejas y abstractas.Las imágenes no deben ser una mera copia de la realidad. Como todas las obras de arte, deben ser sugerentes y facilitar un despliegue de miradas. En otras palabras, debe observarse que las ilustraciones no sean estereotipadas o excesivamente realistas, sino ofrecer una visión del artista.Las ilustraciones deben ser sorprendentes. La televisión suele crear en los niños un acostumbramiento al mundo de la imagen. Por eso, las que aparecen en los libros deben poder sorprenderlo en algún punto, tener la capacidad de mostrarle otros puntos de vista, generar un extrañamiento.Si es un texto narrativo, debe contar una buena historia, tener suspenso o generar ganas de seguir leyendo.El texto tiene que poder conmover al lector en algún sentido: provocar risa, tristeza, nostalgia, miedo, ganas de vivir algo igual. El texto tiene que mostrarnos de algún modo nuestra propia realidad, aunque haga referencia a un mundo lejano.
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