Generación 10

El País .- De pronto, la tarde se conmovió. Las bolsas de valores de todo el mundo dejaron de ser noticia y los futuros jubilados apagaron las calculadoras: Julio Grondona y Diego Maradona se reunieron en Puerto Madero y alumbraron el nuevo cuerpo técnico de la selección, con el astro campeón del mundo en 1986 como entrenador de la selección mayor.
La confirmación oficial se dará entre el jueves –día en el que Maradona cumple 48 años– y el próximo martes, pero Miguel Ángel Russo y Carlos Bianchi pueden mirar hacia otros horizontes. Resta conocer si Sergio Batista, actual DT de los juveniles, acepta ser ayudante de campo de Diego.
"Todavía restan definir algunos detalles, como el cuerpo técnico que formará Diego, la participación de Carlos Bilardo (DT campeón del mundo en 1986) como director deportivo y cómo se manejarán con el cuerpo técnico de los juveniles", contó anoche una fuente de la AFA.
Todo ocurrió muy rápido, porque el domingo Grondona se comunicó con Maradona, quien se encontraba en Georgia, para avisarle que sería con el primer candidato con el que se reuniría, algo que desde que Basile presentó la renuncia se sabía que iba a ocurrir. El Martes, cuando Maradona no había salido del aeropuerto internacional de Ezeiza, llegó un nuevo llamado de Grondona: "Nos vemos a la tarde", le dijo el presidente de la AFA.
En el camino al encuentro con Grondona, el mejor futbolista de todos los tiempos se enteró que de la reunión con el mandamás del fútbol argentino participaría también Carlos Bilardo y Humberto Grondona, el DT de Talleres que mañana juega con Los Andes.
En cuando se sentaron, según contó una de las personas que presenció el encuentro, Grondona le dijo a Maradona: "Decime, ¿qué querés hacer?". La respuesta de Diego no se hizo esperar: "Quiero ser el técnico" y Grondona le contestó: "Está bien, está en vos poder llevar delante de la mejor manera posible el sueño de tu vida".
A partir de ese momento comenzó la charla dedicada exclusivamente al futuro, se habló de qué hará Bilardo, que será una especie de mánager o coordinador de las selecciones nacionales, transformándose en el nexo entre el equipo mayor y los juveniles.
También el presidente de la AFA se interiorizó sobre cómo estará conformado el cuerpo técnico de Maradona, quien pretende contar con Pedro Troglio, actual técnico de Cerro Porteño de Paraguay, y Héctor Enrique, entre otros.
También Maradona expuso que pretende que Fernando Signorini sea su preparador físico y se sumaría un PF más.
Grondonita "celestino". "Hoy fui el celestino. Me encontraron en Buenos Aires y fue el celestino. Ya les dije que mañana (por hoy), no cuenten conmigo porque voy a estar con Talleres entrenando", señaló anoche Humberto Grondona a La Voz del Interior. "La ligué de rebote. Tuve que encontrar a Bilardo, con quien hacía muchísimo que no hablábamos, y luego me encontré con Diego. Y se dio. Pero fui a escuchar y acercar las partes. Esa fue mi función", dijo.
"Nos juntamos en el departamento de mi padre y quedó todo encaminado para que sea Diego el técnico de la selección y Bilardo director deportivo", señaló el DT de Talleres quien ya había impulsado a Batista como DT de los juveniles.
Cronologìa
Comenzó en Argentinos Juniors. La imagen es en Villa María, en 1979, en un partido amistoso ante Alumni.
En 1981 salió campeón del Metropolitano con Boca. Luego jugó en Barcelona.
Su momento de mayor gloria fue en el Mundial de México, en 1986. Jugaba en el Napoli.
Cuando perdió la final, lloró de bronca por el repudio de los italianos en Italia ‘90.
En 1991, después de haber dado positivo en Italia, fue detenido en Buenos Aires.
Después de varias recaídas por consumo de drogas, Newell’s lo rescata para el fútbol en 1993.
"Me cortaron las piernas", dijo cuando debió dejar el Mundial ‘94 por dopaje positivo.
En 1995 volvió a Boca, pero las drogas y las salidas nocturnas le habían ganado.
Con la salud afectada, Diego mostró en La Habana, en 2000, una de sus peores caras.
En el 2005 recuperó protagonismo como conductor de televisión. Hizo La Noche del 10 por Canal 13.
Fuente: La Voz