Buenos Aires.- Un especialista argentino, el doctor Claudio Chillik, asumió la presidencia de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva. Brindar impulso al intercambio de los avances científicos logrados por especialistas de la región será una de sus priopridades.
“Considero un privilegio el poder ayudar a parejas con problemas de fertilidad además de promover el intercambio científico, docente y de investigación en el área de la fertilización asistida”, señaló a la Agencia CyTA, el doctor Claudio Chillik, actual Consultor del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (CEGyR), quien acaba de asumir la presidencia de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Esterilidad y Fertilidad (FLaSEF), creada en 1982.
El nombramiento tuvo lugar el 3 de octubre pasado en Quito, Ecuador. En forma simultánea, se anunció que FLaSEF pasará a constituir la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva (ALMER). “Este cambio tiene como objetivo sumar a profesionales interesados en la reproducción humana en Latinoamérica, por lo que la asociación estará conformada directamente por profesionales y no por sociedades como hasta ahora. Ello producirá un aumento en la cantidad de miembros”, indicó Chillik. Y agregó que podrán integrarse a la organización médicos, biólogos, psicólogos, bioquímicos y demás profesionales interesados en la medicina reproductiva de todo el continente americano.
El intercambio científico entre los diferentes países promovido por ALMER se verá fortalecido por la colaboración con la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida que a su vez nuclea a los Centros de Fertilización Asistida de Latinoamérica. “A lo largo de los próximos años desarrollaremos una serie de simposios y congresos para fomentar este intercambio”, destacó Chillik, médico egresado de la UBA quien desde el año 1984 se dedica exclusivamente al tema de la reproducción humana. Entre 1984 y 1986 se especializó en Estados Unidos y luego regresó al país donde se incorporó a CEGYR, el primer centro de Fecundación in Vitro de la Argentina.
Esta iniciativa para promover el intercambio científico surge como una necesidad de que los profesionales de la región estén actualizados en medicina reproductiva, una de las áreas de la medicina que más se ha desarrollado en los últimos años. “Al nacimiento de Louise Brown por fertilización in vitro (FIV) hace ya 30 años le siguió el avance de la técnica de inyección intracitoplasmática de espermatozoide (ICSI) a comienzos de los 90 y los avances mas recientes tienen que ver con el diagnóstico de enfermedades en el preembrión antes de su implantación (PGD), mejoras en las técnicas de congelación de óvulos y preembriones y el uso de células madres”, explicó Chillik. Con respecto a la diferencia entre FIV e ICSI, el especialista explica que en el primer método se emplea un mínimo de 100 mil espermatozoides que son puestos en contacto con un óvulo hasta que se produce la fecundación ya que por debajo de ese número no se produce la fertilización del óvulo. “En cambio, en el ICSI se inyecta un solo espermatozoide en el óvulo en forma directa. Este tratamiento es adecuado en aquellos casos en que se registra una baja presencia de espermatozoides en el eyaculado de los hombres. Cuando es nula, es posible extraerlos de los testículos”, indicó.
Es posible que en el futuro, surjan otras técnicas innovadoras en el campo de la medicina reproductiva que hoy en día suenan a ciencia ficción. “En la actualidad, se están haciendo trabajos experimentales en animales para desarrollar óvulos o espermatozoides a partir de células madre adultas extraidas de determinados órganos del cuerpo. Podría ser una técnica útil para personas que no producen esas células reproductoras”.
Dentro de la vasta gama de desafíos, los debates éticos estarán incluidos en la agenda. En ALMER se establecerá una Comisión de Ética y Legales para trabajar sobre este tema en Latinoamérica.
“La principal controversia tanto ética como legal es el estatus del preembrión in vitro. Durante mi presidencia en la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER) redactamos un documento en el cual expresamos que el preembrión no puede ser considerado una persona porque simplemente no lo es, pero su potencial de serlo eventualmente le da un estatus ético que requiere un respeto al mismo. En relación con el aspecto legal, también durante mi mandato en SAMER redactamos y presentamos un proyecto de ley en la Cámara de Diputados de la Nación que aún no ha sido tratado”.
Para el presidente de ALMER, el avance científico y la mejora de la calidad de atención a los pacientes dependen en gran medida de la colaboración entre los médicos que articulan la clínica con la investigación. “Nos centraremos en promover el intercambio entre todos los centros latinoamericanos, para avanzar a paso seguro, compartiendo los resultados significativos que se logran en cada uno de los institutos de la región que trabajan en fertilidad”.
Agencia CyTA-Instituto Leloir
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