Buenos Aires.- Hay quejas de los gobernadores del PJ; la emergencia económica, también en agenda. Se trata de una jugada de alto riesgo político. Pero el Gobierno está dispuesto a forzar la maquinaria kirchnerista al máximo para lograr su objetivo y apostar a que el Congreso apruebe antes de fines de año el proyecto de prórroga de la ley de emergencia económica y del impuesto al cheque. No son leyes menores y serán imprescindibles en un año electoral, ya que le garantizarán al kirchnerismo un flujo importante de fondos para repartir en la campaña. Sin embargo, la decisión oficial abrirá un nuevo frente de batalla de la Casa Rosada con los gobernadores opositores y con varios peronistas que reclaman un mejor reparto de lo recaudado por la ley del cheque y una distribución más equitativa del Gobierno a la hora de disponer de fondos extraordinarios, tal como se plantea hasta ahora en la ley de emergencia económica. Fuentes de la Casa Rosada y del Congreso confirmaron ayer a LA NACION que la semana que viene la presidenta Cristina Kirchner enviará a la Cámara de Diputados estas dos iniciativas en forma simultánea para que se empiecen a debatir. También se supo que el ex presidente Néstor Kirchner en persona está llamando a cada uno de los gobernadores díscolos del PJ para que modifiquen la actitud y convenzan a sus legisladores de levantar la mano en el Congreso. En el caso de la ley de cheque, el Gobierno recaudó este año 17.000 millones de pesos y prevé reunir 22.000 millones en 2009. De este monto, la Nación se queda con el 70% y el 30% restante se divide entre las provincias y las afectaciones específicas del Estado, con lo que los gobernadores no reciben más de 2000 millones de pesos al año. En los últimos meses, abierta o secretamente, los gobernadores peronistas Mario Das Neves (Chubut), Daniel Scioli (Buenos Aires), José Luis Gioja (San Juan), Juan Schiaretti (Córdoba), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Oscar Jorge (La Pampa), Juan Manuel Urtubey (Salta) y Luis Beder Herrera (La Rioja) exigieron a la Casa Rosada que hubiera un mayor reparto de lo recaudado por el impuesto al cheque. También el gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, hizo un planteo formal del tema. "Va a ser una pelea cuerpo a cuerpo y nadie sabe quién quedará vivo", graficó ayer a LA NACION un destacado legislador del oficialismo. Al parecer, el mayor problema para el Gobierno pasará por el Senado cuando se trate la prórroga de la ley del cheque. Esta ley se debe votar con una mayoría especial, y allí el kirchnerismo hoy no contaría con los 37 votos necesarios. No se sabe aún cuál será la postura que tomarán Carlos Reutemann (Santa Fe) o los peronistas de La Pampa, Chubut, Córdoba y La Rioja.
Promesas a cambio
De cualquier manera, el panorama en el Senado es bastante complejo para el oficialismo, al punto de que el propio Kirchner se encarga de llamar a cada gobernador para convencerlo de apoyar estas polémicas leyes. ¿Qué puede ofrecer a cambio el ex presidente?, preguntó LA NACION a un importante dirigente kirchnerista: "Promesas de obra pública y fondos para la campaña electoral", fue la respuesta. La oposición se prepara para dar una fuerte batalla en este tema. El senador socialista Rubén Giustiniani se reunió la semana pasada con Binner para apuntalar con el resto de los partidos la pelea por la ley del cheque. A la vez, el titular de la UCR, el senador Gerardo Morales, señaló ayer a LA NACION que en el caso de que el Gobierno avanzara con la prórroga de la emergencia económica y la ley del impuesto al cheque buscarían alianzas con todos los partidos, incluidos los peronistas díscolos. La ley de emergencia económica resultará complicada de defender para el oficialismo. Mientras el proyecto de presupuesto 2009 se aprobó sin cambio alguno a pesar de la crisis financiera internacional, el fundamento sustancial que usará el kirchnerismo para aprobar esta polémica ley será la crisis mundial. El año pasado el Congreso aprobó la emergencia económica a los pocos días de que asumiera la presidencia Cristina Kirchner. En rigor, la iniciativa fue enviada por su marido al Congreso antes de dejar la Casa Rosada porque históricamente la ex senadora se opuso a aprobar esta ley, creada durante la crisis de 2001. Ahora Cristina Kirchner promoverá una iniciativa que cuestionó desde su origen. Entre otras cosas, la nueva prórroga de esta ley le dará al Gobierno mayor espacio de maniobra en la renegociación de los contratos de servicios públicos y el respaldo al jefe de Gabinete para redistribuir partidas de los fondos extraordinarios. Será un debate extenso y puede que profundice las diferencias en el PJ. En la Casa Rosada admiten que no será una discusión sencilla porque ya hay un desgaste de la tropa kirchnerista por la resolución 125. No obstante, se preparan para un largo debate y evalúan dar una prórroga de sesiones extraordinarias hasta el 28 de diciembre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario