Buenos Aires.- Debido al hallazgo de altos niveles de mercurio en variedades de peces, una coalición de 75 organizaciones no gubernamentales, denominada Zero Mercury Working Group, acaba de proponer que se realice un estudio global con el fin informar a los consumidores sobre las concentraciones de este metal en peces, a fin de que puedan optar por una dieta segura. El mensaje fue dirigido a los ministros de ambiente de los países miembros del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, reunidos en un encuentro internacional realizado en Nairobi, Kenia.
La contaminación por mercurio de peces y mamíferos marinos es un asunto de salud pública preocupante a nivel mundial, asegura Michael Bender, miembro del Zero Mercury Working Group, una coalición de 75 ONGs de todo el mundo cuyo objetivo es eliminar el mercurio del medio ambiente a nivel mundial.
Bender es co-autor del informe “Mercurio en pescado: un problema urgente para la salud mundial” dado a conocer a comienzos de febrero. “Nuestro estudio sobre los productos pesqueros analizados en diferentes lugares de todo el mundo demuestra que los niveles de exposición ampliamente aceptados en el ámbito internacional para el metilmercurio están por encima, a menudo por un amplio margen, en cada uno de los países y zonas que fueron analizados”, señala el experto.
Dicho informe presenta datos que demuestran la contaminación de pescado por mercurio en tres áreas del mundo: el estado indio de Bengala Occidental, la zona metropolitana de Manila, en Filipinas, y seis países miembros de la Unión Europea, entre ellos España. También revisa algunos datos publicados sobre los niveles de metilmercurio en las ballenas piloto y otros mamíferos marinos consumidos por las poblaciones árticas en las islas Faroe y entre los esquimales de la zona norte de Canadá.
De acuerdo con la normativa de la Unión Europea, el nivel máximo permitido de mercurio en los productos pesqueros es de 0,5 miligramos (mg) por kg. En ciertas especies, como el pez espada, el tiburón, o el atún se permite un nivel máximo más elevado, de un miligramo por kg. Por otra parte, en el 2000 un comité de expertos de la FAO-Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que la ingesta máxima semanal de metilmercurio recomendada era de 3,3 microgramos por kg de peso corporal para la población general. En 2003, el mismo comité fijó en 1,6 microgramos por kg de peso corporal por semana la dosis máxima para mujeres embarazadas con el objeto de proteger el desarrollo del feto.
Con respecto al informe elaborado por Zero Mercury Working Group la situación en la India es una de las más graves. De 56 variedades de pescados analizados, 25 presentaban concentraciones de mercurio superior a los 0,5 mg por kg.
El mercurio puede afectar la tiroides, los riñones, la visión, así como también producir complicaciones cardiovasculares y pérdida de la memoria, entre otros problemas de salud.
Recomendaciones de la ONG
En estos días se lleva a cabo un encuentro internacional que reúne a ministros de ambiente de países de distintos continentes, bajo el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, según sus siglas). Comenzó el 16 de febrero y finalizará el 20 en Nairobi, Kenia. El objetivo es discutir un tratado jurídico para hacer frente a los peligros asociados al empleo del mercurio en la industria y sus efectos en el ambiente y lla salud.
Por este motivo, los expertos de Zero Mercury Working Group, recomiendan que el consejo de PNUMA establezca un comité intergubernamental de negociación para la elaboración de ese tratado jurídico. Asimismo sugieren que los gobiernos y los organismos internacionales relacionados con la salud, tales como la OMS, trabajen juntos para desarrollar una estrategia para conducir un estudio global que determine las concentraciones de mercurio en una amplia gama de variedades de peces.
Ese documento también propone que se adopten en forma urgente medidas dirigidas a controlar las emisiones de mercurio en las fábricas termoeléctricas que emplean carbón, así como también regular procesos en minas y fábricas de cemento, entre otras fuentes.
Paralelamente, en un comunicado de prensa Achim Steiner, director ejecutivo de PNUMA y secretario general adjunto de Naciones Unidas, señaló que se debe trabajar para desarrollar productos y procesos alternativos que reemplacen aquellos que emplean o emiten mercurio.
Otro de los puntos del informe de la ONG destaca la necesidad de desarrollar programas efectivos de comunicación de riesgo, es decir, informar a los consumidores de todos los países cuáles peces contienen niveles significativos de mercurio y cuáles pueden ser incluidos de manera segura en la dieta diaria.
Agencia CyTA-Instituto Leloir
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