Buenos Aires.- Si la volatilidad en el mercado de granos se incrementó en los últimos años, ahora tuvimos una muestra de que eso es hoy más cierto que nunca. Terminamos muy cerca de donde comenzó en materia de precios para los granos, pero con días de fuerte baja, seguidos de otra jornada de fuerte recuperación, y así sucesivamente.
Qué es lo que tiene al mercado tan nervioso? La lucha entre los fundamentos propios, que como venimos sosteniendo justifican precios por encima de los actuales, y la presión financiera en un mercado donde los temores son el común denominador, y los capitales no saben si escaparse a lo seguro, o ingresar a comprar papeles que son muy baratos, y apostar a comprar en los pisos.
Por el lado de los fundamentos, estos precios no se condicen con niveles de stocks que no se recuperaron lo suficiente y señales de que a pesar de la menor actividad industrial, la demanda de commodities alimenticios sigue firme. Por otro lado en tiempos de una fenomenal expansión de la emisión de dólares, en algún momento los precios en general van a tener que subir, y cuando esto ocurra los granos y el resto de los commodities se dispararán. En cuanto a los temores financieros, esta semana pasaron por tres noticias. La primera es que China no realizó como el mercado esperaba una expansión del programa de apoyo a su economía China. Sin embargo, las autoridades se mostraron confiadas en que los objetivos de sostener un crecimiento del PBI al 8% se lograrían. En segundo lugar, las calificadoras de riesgo le bajaron la nota a varios bancos que hasta el momento se suponían seguros. Esto generó toda una nueva ola de comentarios sobre que el problema de los bancos es mucho peor de lo que nos imaginamos hasta aquí. Finalmente, nuevamente circularon versiones de que a pesar del apoyo que recibió del Estado, General Motors podría ir a la quiebra.
Obviamente todo esto mantuvo a los saltos a los operadores financieros, quienes nuevamente huyeron de los papeles, y se refugiaron en efectivo, bonos del tesoro y oro. En el mercado de granos todavía hay una posición comprada de fondos índices muy grande. Estos son los fondos de origen financiero que compraron granos para cubrirse de la inflación, y aún mantienen esas tenencias. Por el otro lado, los especuladores tradicionales de mercado, que compran cuando esperan subas, y venden cuando leen en los fundamentos del mercado que podrían darse bajas, y habían comprado a fines del 2008, se neutralizaron en el último movimiento de precios.
En definitiva, hasta tanto el mercado financiero no recupere la cordura, los granos seguirán enloquecidos por este tironeo. Es importante aclarar que no nos referimos aquí a que los índices comiencen a subir, sino solamente a que de detengan estos fuertes ruidos que describimos.
Ya se palpita la llegada de la trilla de maíz y soja. Los compradores de maíz están muy activos porque los barcos están llegando, y la mercadería viene lenta. Pero una vez que se generalice la trilla podríamos ver una baja. En el caso de la soja, ya hace tiempo los exportadores tiraron la toalla y quedaron a la espera de la mercadería nueva. La cercanía de la recolección hace que los precios vayan lentamente ajustándose a un contexto de mayor oferta. Sin embargo los mismos no son malos, y si miramos los pases en el Mercado a Término veremos que son importantes.
Los pases elevados responden a la realidad de que también la tasa de interés se mantiene muy alta. Pero para aquellos productores que no tengan necesidades financieras tan fuertes, la recomendación sería aprovechar esos pases, y vender más adelante, ya que si bien las tasas de interés son elevadas, no es sencillo para quien tiene dinero prestarlo a las mismas en un contexto tan incierto como el actual.
En cuanto al conflicto agropecuario, la semana pasada estábamos muy preocupados por el proyecto de nacionalización del comercio de granos. Pero en la reunión del martes, el gobierno le restó importancia a ese proyecto, aunque dejó entrever que lo tiene en la manga por si los productores lograran bajar los derechos de exportación en el Congreso. La jugada sería la siguiente: si se obliga a llevar los derechos de exportación a cero o un nivel donde el gobierno no disponga de suficientes fondos, el Estado se convertiría en el único comprador de mercado interno y vendedor al exterior, y trasladaría a los productores un precio más bajo del que logra vender, haciendo caja con la diferencia. Esto pasa por el convencimiento de parte del gobierno de que los precios siguen siend o muy altos, que el productor sigue ganando mucho dinero, y que esa ganancia extraordinaria debe ser redistribuida entre los sectores más desfavorecidos.
Mientras tanto, en la reunión de la mesa de enlace y el gobierno se llegaron a acordar algunos puntos, que si bien son insuficientes, y no implican un cambio del modelo intervencionista a uno de mayor libertad, al menos va por la senda de tratar de moderar el impacto que percibe el productor hoy.
En lo que es el mercado de granos, lo más destacable son las medidas que apuntan a regularizar el mercado del trigo, donde se pasaría a subsidiar la bolsa de harina, siempre y cuando los molinos paguen el precio lleno internacional. Al mismo tiempo se incrementaría el precio de subsidio, que es el valor al cual los molinos reciben el trigo subsidiado, y el piso al que los productores tienen que vender si pretenden en el marco actual de compensaciones, acceder a la misma.
En la práctica, el comercio de trigo se paralizó hasta tanto se conozca como se implementará esto. El gobierno se comprometió en que las medidas concretas estarán sobre la mesa en un tiempo máximo de dos semanas. Por ello quien tiene trigo viejo debe guardarlo y quien está pensando en hacer trigo nuevo debe estar muy a la expectativa de esto.
Visión del Centro de Gestión Agropecuaria
Finalmente, queremos hacer un distingo importante dentro del conflicto agropecuario. El mismo contiene definiciones políticas sobre el contexto deseable para el desarrollo de la actividad, y medidas instrumentales dentro del mismo.
En lo que hace a la esfera política el gobierno sostiene una postura de fuerte intervención y redistribución de la riqueza. No compartimos en absoluto esta definición política. Por el contrario, abogamos por un mercado libre, aunque con regulaciones que eviten los excesos por posiciones de fuerza asimétricas, pero siempre en un marco de respeto por las instituciones, y fundamentalmente en un contexto donde los incentivos estén dados para que el esfuerzo y el trabajo sean el eje de la movilidad social, y no las dádivas y el clientelismo político.
La mesa de negociación entre la mesa de enlace y el gobierno no es el ámbito para dar esta batalla. El nivel de las políticas debe darse en el Congreso por medio de nuestros representantes, quienes deberían poner coto al Poder Ejecutivo, respetando de esta forma las Instituciones Republicanas y la división de poderes. Al mismo tiempo, se debería instalar estos temas en la discusión sobre el país que queremos, especialmente en el marco de un calendario electoral activo.
El ámbito de la mesa de negociación entre el agro y el gobierno es el espacio para tratar que dentro de las políticas que hoy tenemos en vigencia, la intervención se realice de la forma que menos interfiera con los intereses del sector. Lograr un buen resultado en esta instancia, permitirá a los productores sobrellevar esta situación, hasta tanto la discusión de las políticas evolucione.
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