viernes, 14 de agosto de 2009

Fabrilet excelencia en carteles para Río Cuarto y el país

Río Cuarto.- Desde 1996, en la ciudad de Río Cuarto, provincia de Córdoba, inicia sus actividades un modesto proyecto familiar que con el tiempo fue superando las expectativas del propio grupo. El trabajo responsable, la puntualidad en las entregas, la calidad de los materiales ayudaron para que cada vez más se expandiera la cartera de clientes de esta importante empresa del sur provincial.
La excelencia fue siempre la meta a superar, el trabajo la consigna diaria, la dedicación, desde una simple marquesina hasta grandes estructuras, fue y es siempre la misma.
Con el tiempo la firma amplió sus fronteras hacia la zona de influencia de Río Cuarto, luego en diferentes provincias hasta llegar a realizar trabajos en el país vecino del Paraguay. Hoy el grupo familiar se siente orgulloso de poder realizar trabajos en todo el país.
Se realizan trabajos en cartelería, telas tensadas, carteles para ruta, letras e imágenes corpóreas y en neón, gigantografias, grafica vehicular y en vidrieras, se desarrolla arquitectura para stands, señalética de seguridad para empresas, regalos empresariales, y todo lo que las empresas necesiten en cuanto a imagen publicitaria.

El Cartel y su historia


El cartel podríamos definirlo, siguiendo a Román Gubern, como “un anuncio impreso, con componentes icónicos y a veces literarios, expuesto en un espacio público y no transportable”; si bien esa definición, como él mismo explica, nos sería relativamente útil si entráramos a analizar las nuevas fórmulas tridimensionales o luminosas, por ejemplo.
El cartel es, sin duda, uno de los medios más funcionales y efectivos para la comunicación de mensajes e información de tipo comercial ó ideológico. No obstante, muy lejos de nuestra intención está intentar revisar de manera exahaustiva la historia, la composición o el papel del cartelismo en la publicidad o en la propaganda. Algunas notas y algunas imágenes nos serán suficientes para ponernos en contacto con una de las manifestaciones que más claramente ponen en contacto lo artístico y lo publicitario.
Su origen tendríamos que ligarlo a la Revolución Industrial y a la aparición de maquinaria capaz de imprimirlos, (aunque el primer anuncio impreso se puede rastrear en Inglaterra, con la obra de William Caxton, fundador de la primera imprenta en Inglaterra, en 1477). No obstante, hay que esperar aa 1869, y al francés J. Chéret (1836-1932) quien realizó la síntesis técnica y cultural de la que nacería el cartel moderno, inaugurando así una nueva forma de arte.
Esta capacidad de combinar palabra e imagen en un formato tan atractivo y económico, hizo del cartel litográfico, una innovación con gran proyección. A Chenet le seguirían en París artistas como Toulouse-Lautrec o Alphonse Mucha, y muy pronto se convirtió en el medio dominante de la comunicación de masas en las ciudades de Europa y América, y sus calles fueron transformándose en “galerías de arte”.

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